En “Female Prisoner” se crea una colección alegórica en la que se hace una referencia directa a la creación de seres materiales en serie, estandarizados y divididos en grupos uniformes.
El mundo de la moda y del diseño es el encargado de marcar esa diferenciación de clases que sitúan a las personas en un determinado sector o casta según su situación social o económica. Con esta reflexión, he acudido al libro “Un mundo feliz” de Aldous Huxley, una novela distópica futurista de 1932 en la que se anticipa un desarrollo tecnológico de cultivos humanos y donde mediante la hipnopedia (proceso de condicionamiento) las personas son creadas para vivir felices en 5 castas diferentes, cada una de ellas con un privilegio y con un destino social, cada persona es feliz en su entorno porque se han erradicado toda clase de sentimientos, como la felicidad, la envidia, el amor…

Las castas no se pueden mezclas entre ellas y se diferencian por la forma de vestir, así son capaces de reconocerse entre ellos y a la vez los “vigilantes” pueden situar y controlar a cada persona en tu entorno y asegurarse de que cumplen su misión en la sociedad. ¿Realmente, que diferencia existe entre la visión futurista que se tenía a principios de siglo a lo que vivimos hoy en día? Las personas son juzgadas por su apariencia, una prenda, joya o peinado nos define como sector social y nos ubica en un estilo de vida.
Eliminamos sentimientos por “trepar” socialmente y aparentar ser felices con todas las facilidades de consumismo que nos ofrece el mercado de las grandes empresas; seguimos torturandonos a nosotros mismos por conseguir una apariencia perfecta, una vida perfecta, una casa perfecta, un coche perfecto, unos zapatos perfectos….vamos…lo que todo el mundo quiere.

En este punto de reflexión el concepto se aleja de la literatura y se adentra en el cine, mas concretamente en un anime de ciencia ficción llamado GITS (Ghost In The Shell), este anime sigue la línea de “Un mundo feliz”; en el que se crea al ginoide perfecto (mujer cibernética) y se le instruye para mejorar y mantener una sociedad en orden, el problema surge cuando esta inteligencia artificial comienza a cobrar viva propia y a cuestionarse las leyes del condicionamiento social. A partir de aquí para la creación y desarrollo de la colección se gira en torno a un tipo de heroína que corresponde al alter ego de la musa Meiko Kaji, protagonista de las películas japonesas de los años 70 del género Pinky Violence. En este caso, sustituye la figura de Bernrd Marx en “Un mundo feliz”, al igual que Meiko en sus películas, Bernard se revela contra la sociedad en al que vive.

Dentro del proyecto es muy importante dotar de personalidad la colección ya que debe representar los valores de la  marca a través de la cual será lanzada, GrooveNite.

Esta marca podría denominarse como “de culto” o innovadora, con unos valores personales y una investigación   personal que consigue que un determinado target social se identifique con ella y la valore por todo el conjunto de ideas y trabajo.

(1925)